martes, 3 de diciembre de 2013

Conversaciones con mamá - Juan Echanove

Cuando Alberto (colega de curro) me pide que le acompañe al teatro la tarde del sábado y miro este cartel, estuve en un tris de decirle que no. Por qué harán estos carteles que dan la impresión que vamos a ver alguna obra ñoña. Nada más lejos de la realidad. Están en el Teatro Bellas Artes.
María Galiana y Juan Echanove son dos grandes actores que yo he descubierto. Supongo que el mundo entero ya lo sabrá. Los dos han coincidido en la serie televisiva Cuéntame, nunca he visto ni un solo capítulo, pero según dicen está bastante bien. De todas formas, Echanove debe haber actuado en cincuenta mil películas, series de televisión, teatro... Empezó muy joven, a diferencia de Doña María que comenzó a trabajar en la farándula, profesionalmente, ya jubilada como profe de Historia en un instituto. Como un cuento de hadas, cuando crees que tu vida va a ser un poco más aburrida, le das la vuelta y, ¡hala!, te dan un Goya, en este caso, por la película Solas, de Benito Zambrano.
Ellos dos solos en escena y no necesitan más. El decorado, la cocina de mamá, con ese árbol que se ve detrás de la ventana, todo un acierto. Yo estuve sentada muy cerca del escenario, así que, disfruté de todo. La obra fue escrita por el difunto Santiago Carlos Oves y adaptada por Jordi Galceran (El método Grönholm). Además, Juan Echanove la dirige. Ya había dirigido en otra ocasión teatro y la segunda temporada de la serie de televisión Turno de oficio. Ésta la tengo en casa (como es de abogados, alguien de la familia la compraría), las dos temporadas, la primera la dirigió Antonio Mercero (el culpable de Verano Azul). Un domingo por la tarde vi de una tacada unos cuantos capítulos.
No he hablado del guión a propósito. Prefiero que lo descubráis por vosotros mismos, solo deciros, que es absolutamente actual, y la solución dada al asunto, me gustó especialmente. Tal vez diez minutos más de diálogo. Pero bueno, no quiero contaros nada, pero no me resisto, ver a Echanove en la lluvia y llorando, allí con la mano en el cristal, como un niño, pues, que va a pasar, que yo también me puse a llorar, después la profe, bueno, para qué voy a decir más, hay que verlo. Como una magdalena acabamos todos.

En fin, quienes tengáis oportunidad, ir al Bellas Artes, aplaudir y aplaudir, hay que volver a levantar el telón, cosa que el sábado no ocurrió, imperdonable, hay que aplaudir más, el esfuerzo de estos dos actores así como su complicidad, que parecen madre e hijo de verdad, hay que recompensarla. Por cierto, es bastante más cercana que la película en la que está basada, y mucho mejor. La escenografía y el vestuario es de Ana Garay y la iluminación de Juan Gómez-Cornejo
Juan Echanove

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